Las an(danzas) de un valdiviano en la bella Bogotá.
Chévere, vaina, recuerdo que han sido las primeras palabras colombianas que aprendí, y me quedan todavía muchas que utilizare en mi cotidiano. En estos momentos que han pasado más o menos un mes de mi llegada a tierras cafeteras se me vienen destellos de mis primeros días, de estar en sitios y paisajes como la plaza Bolívar, la Candelaria, entre tantos; de personas, de su amabilidad, generosidad y alegría; de ustedes quienes me han acogido rechévere, han sido ¡buena onda! o sea buena persona conmigo y mis compañeros al acompañarnos y ayudarnos en nuestras peripecias por esta metrópoli como lo es Bogotá.
En tanto a la adaptación cultural que he tenido que vivir no ha sido tan difícil como me lo suponía, tal vez sea por la disciplina que realizo estudios, antropología, que me ha guiado, y permite efectuar un ejercicio de respeto ante la diversidad cultural, por tanto tener esta experiencia de aproximación a otra realidad sociocultural, para mí ha sido gratificante porque he tenido muchas emociones y representaciones que me hacen despertar mucho más mis cinco sentidos para lograr aprehender lo máximo que pueda de sus hábitos, tradiciones, vida, etcétera; de manera tenaz así lograr la pronta adaptación, porque adaptarse para mí significa quitarse lo anterior, no todo claro, diría que dejarlo entre paréntesis y comenzar “al lugar que fueses, haz lo que vieses” como el dicho judío, como práctica sino no puedes captar y entender todo lo que sucede en frente tuyo, en esa escena de la urbe bogotana. Sin duda diría que tengo una deuda con quienes han sido solidarios, y expresan siempre preocupación por este chileno que ha dejado su nación en estas circunstancias tan duras y difíciles para sus paisanos, y espera volver a ayudar a los suyos prontamente.
Este viaje me ha permitido mirar, leer y escribir la realidad colombiana con una perspectiva aguda y sensata, no sólo he ido a los lugares turísticos, sino que a su vez he visto y compartido a la sociedad en todo su resplandor con un caleidoscopio que asombra por su heterogeneidad, por ser un crisol de culturas, tal vez pueda ser porque en la capital coinciden en su diario muchas personas que nos retratan a la Colombia, del sur, este, oeste y norte, de todas latitudes, cada uno teniendo su propia experiencia de vida que tienen para la narración para escuchadas y leídas por cada uno de nosotros durante estos seis meses de ser un colombiano más, y eso quiero.
Una experiencia maravillosa que tuve la ocasión de asistir, fue la inauguración del Festival Iberoamericano de Teatro, una fiesta para las bogotanas y bogotanos, pude participar de esta comparsa en la cual cada uno de los participantes y asistentes le daban un espíritu y cuerpo a la obra, pude compartir ese carácter de los bogotanos de celebración ante una actividad que reuniese al arte, como lo es el teatro que pudiese transcurrir por las calles a la armonía de una extraordinaria música, y grupos de República Dominicana, Bolivia y los anfitriones, siendo cada uno relevante en la escenografía y performance dándose una integración total, aparte con las personas que asistí lo hicieron mucho más chévere, Mayra, peruana junto a su novio, Alethia, colombiana con un amigo y mis compañeros chilenos, hicieron que toda esta fiesta fuese alucinante. En tanto, a mi práctica profesional en Acción Social-JUNTOS, no ha sido todo miel con hojuelas han habido hartas dificultades para que comience prontamente hemos tenido paciencia, de repente no tanto, y sólo hasta el día miércoles siete de abril tuve mi primera aproximación con los profesionales de la UT Cundinamarca, departamento en que trabajaré, y la fortuna de compartir con personas muy amables y honestas con sus discursos en nuestro trabajo que se hará como pasantes, solo decir que por primera vez salí fuera Bogotá, a zonas rurales del departamento habiendo tenido una generosa acogida por las y los co-gestores, espero que durante estos meses se pueda hacer un espléndido trabajo junto a las familias y equipo de trabajo de profesionales de JUNTOS, y sea para mí una grata experiencia en la vida y lo académico.
Espero nos sigamos leyendo a través de estos boletines para narrar nuestras vivencias, como sabores y sinsabores de nuestros huellas y quisiera que fuesen marcas en las tierras del vallenato, realismo mágico, café, entre otros.
Fotografía: En esta escena aparezco con una integrante de la comparsa nacional.
Cristóbal Ariel Valenzuela Velásquez
Mi primer mes en Bogotá: De lo dulce y de lo agraz.
Los viajes tienen sus cosas buenas y sus cosas malas de mi viaje a Colombia ha habido de las dos. Lo malo sería la demora en el comienzo del trabajo, demora que estoy consciente se está tratando de solucionar, pero demora que afecta a mi parecer, el desarrollo y los objetivos del proyecto.
De lo bueno puedo decir mucho: la comida, que al principio me asustaba ¿podré comerme toda esa cantidad de alimentos en un solo plato? La respuesta es que sí, sí puedo y son riquísimos. Me he vuelto una adicta de lo que ustedes llaman corrientazo (no sé si es con s o con z, van a disculpar mi ignorancia por favor), por otro lado está la bandeja paisa que es deliciosa y el ajiaco… ñam, ñam.
Hay cosas que son buenas y malas a la vez, con esto me refiero al baile (mi tortura….ah!). Lo bueno de esto es que ustedes en Colombia llevan el ritmo en la sangre, es algo casi genético, algo impresionante. Lo malo es que en la repartición del talento para el baile yo llegué muy, pero muy tarde… Frente a esto mi reflexión es la siguiente: ¡Necesito con urgencia unas clases de baile y un profesor con mucha paciencia!
Otra cosa que me impresiona al caminar por las calles de Bogotá es la arquitectura. Sus iglesias, por ejemplo, son maravillosas, se sostienen orgullosas entre las construcciones modernas.
Lo mejor lo dejo para el final: la calidez y amabilidad de los y las colombianas. Me han recibido excelentemente bien. En este sentido agradezco a Natalia y su familia, hasta una canción de Víctor Jara (un compatriota mío) me cantó con guitarra y todo, el papá de Naty. Por otro lado me encanta su alegría para vivir, los días viernes de cada semana se toman la carrera séptima y cantan y bailan al ritmo de sus instrumentos musicales. Admiro que se tomen las calles, pues las calles deben ser para las personas. Admiro también la naturalidad con la que los y las jóvenes improvisan pasos de baile en medio de la algarabía. Me encanta eso de ustedes, cultívenlo y no lo pierdan.
Pues bien, me despido con la esperanza de que en el próximo reporte pueda contarles más de mi experiencia laboral.
Loreto Tenorio Pangui.
Chilena
Equipo Cundinamarca
ABRIENDO CAMINOS; UNA GRAN EXPERIENCIA: LOGROS ACTUALES Y EXPECTATIVAS
Este inicio de experiencia con la Agencia Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional “Acción Social”, la estrategia Juntos y el proyecto Abriendo Caminos de AIESEC Colombia, ha sido de contrastes para quienes ya tenemos alguna experiencia laboral y para quienes cuentan con su primer enfrentamiento con la realidad laboral y en este caso una practica de tipo Social.
Hasta hoy nos hemos encontrado con todo tipo de variables exógenas y endógenas que han afectado el desarrollo normal de las actividades. Pero es de gran importancia aprender a conocer y aceptar que todo proyecto se ve afectado en su ejecución en cuanto a tiempos y costos.
Sin embargo es bueno retomar cosas interesantes de esta experiencia; desde el evento de apertura en Bogotá compartiendo con personas de diferentes nacionalidades (Bolivia, Brasil, Chile, España, Estados Unidos y Rumania) y hasta el día de hoy donde ya cada uno de los 30 jóvenes internacionales y los 15 colombianos estamos ubicados en nuestro respectivo municipio y lugar de trabajo.
Durante charlas con los extranjeros para mí ha sido muy grato encontrar que Colombia no sólo se conoce en el ámbito de sus conflictos internos y por su principal producto “El café”. Sino que también conocen de las flores colombianas, el carbón, el petróleo, la maravilla de sus paisajes, la música: desde Juanes, Shakira y Aterciopelados hasta Jorge Villamil y Rafael Escalona, el festival de teatro y Rock al parque en Bogotá. La belleza de sus mujeres y la hospitalidad de nuestra gente. Algunos compañeros del equipo de nacionalidad Chilena han quedado muy a gusto con las Bibliotecas y Museos en Bogotá.
Ellos como extranjeros ya están viviendo un gran choque cultural, ya que a pesar de hablar el mismo idioma con muchos de ellos la idiosincrasia de nuestras culturas y políticas son diferentes y contrastantes.
Nosotros como colombianos participantes de Abriendo Caminos también hemos tenido que ver y vivir el choque cultural de nuestros compañeros foráneos. Sin embargo ahora estoy a la expectativa, porque estoy seguro que como colombianos también vamos a vivir un choque cultural muy grande cuando estemos en trabajo de campo y nos acerquemos a la otra realidad de nuestro país, una realidad que quizá muchos de nosotros no ha contemplado y que si lo ha hecho; ha sido de lejos. A pesar de que vamos a ver y sentir las necesidades de personas de nuestra misma Nación, encontraremos diferencias en culturas, gustos, ingresos, actividades, educación y muchas otras variables las cuales espero ir descubriendo durante esta gran experiencia.
Finalmente, no puedo dejar de mencionar el gran apoyo y la buena logística que ha brindado Acción Social y la estrategia Juntos, en cuanto a capacitaciones y preocupación por el equipo de trabajo de las unidades territoriales de Cundinamarca y Bogotá.
ARTURO HERNÁNDEZ CARVAJAL
UNIDAD TERRITORIAL BOGOTÁ.
Primeros pasos de un Chilombiano.
Era un 8 de marzo del 2010, cuando los andes patagónicos de Bariloche, Patagonia Argentina, nos recibían para emprender el largo viaje hasta Bogotá, habían muchos sentimientos: enormes expectativas, un tanto de tristeza por dejar a los míos; pero diría que lo que más me embargaba en ese momento era ansiedad por llegar a ese país hermoso que tanto me había llamado la atención desde pequeño, y que ahora me enfrentaba tal vez a su realidad más dura, el desplazamiento y la extrema pobreza; sin embargo ahí estábamos re-motivados, contentos por llegar. Si bien por razones del terremoto solo llegue al último día del evento de inicio, fue una buena primera aproximación al trabajo, a nuestros compañeros y en general a los Aiesecos que han sido sostén fundamental de una muy bonita estadía en Bogotá.
Es así como hasta ahora ya va un mes desde mi llegada, en el camino han ocurrido muchas cosas, algunas evidentemente muy buenas y otras no tanto, pero las mejores son las más importantes, son las que quedan y son aquellas que nos motivan a seguir poniendo todo nuestro esfuerzo por hacer un hermoso trabajo, por generar cambios positivos. Al principio fue difícil el impacto cultural, venía de un país devastado por el miedo, la tristeza y la angustia por el terremoto, y me encontré un pueblo alegre con ganas de salir adelante, pero con una enorme sensibilidad, consientes de donde venía y en qué condiciones; por tanto siempre muy preocupados por aquella catástrofe que afectó a alguna parte de mis más queridos cercanos. Como en todo proyecto de esta envergadura al principio hubo dificultades en la logística y en la ejecución de nuestras tareas, pero nada que no se pueda superar, y hoy estamos ya en eso, encaminando nuestras habilidades y potencialidades a aquellas tareas.
En lo que respecta a nuestro equipo de trabajo, Bogotá, ya hemos estado en una semana de capacitación sobre la primera etapa en la que nos corresponde trabajar, como es el levantamiento de línea base para el modelo de gestión para la superación de la pobreza JUNTOS, un modelo con el cual tengo mucha afinidad, mucha cercanía y porque no decirlo, algo de experiencia, ya que constituye un modelo traído desde nuestro país, en tanto chile solidario y programa puente, como bases del sistema de protección social y políticas para la superación de la pobreza en Chile.
En otro ámbito, por supuesto he podido conocer de la hospitalidad, amabilidad de los colombianos, su alegría para enfrentar la vida a diario a pesar de las dificultades, su capacidad maravillosa en lo musical; por supuesto asociado a la enorme riqueza que se tiene en Colombia. Es así como ya me anoto para viajar al festival de la leyenda vallenata en Valledupar, el último fin de semana de Abril. Bueno es también una de las razones que me motivo para venir a Colombia; el apropiar temas desde la antropología de la música, que es mi formación profesional, que serán de indudable enriquecimiento para la tesis que preparo en estas materias.
Bueno muchachos, todo esto sumado a unos buenos ratos de esparcimiento, en que se encuentran chivas, una que otra rumba, han sido de un enorme aporte para socializar con miembros de mis equipos de trabajo y en general con personas muy chéveres asociadas al proyecto. No me queda más que agradecer esta oportunidad que se ha brindado de contribuir a un proyecto de tanta importancia para el país, y en lo personal un proyecto que me genera un enorme desafío de contribuir con lo mejor de mis aptitudes profesionales para su fortalecimiento; sin dejar de lado el enorme crecimiento personal que estas dinámicas de intercambio generan, y que desde ya hemos paulatinamente incorporados.
Una vez más gracias por todas las atenciones, queda un buen tiempo para seguir compartiendo experiencias, reflexiones y sin lugar a dudas, emociones.
Un gran abrazo y saludos.
José Luis Salazar.
De Vuelta a mi Tierra:
Regresar a Colombia luego de un intercambio en Brasil, da una sensación reconfortante. Definitivamente nuestro país es grande en cultura, en historia, en música, en paisajes, en fin, es grande. Soy una persona multicultural, nací y me crié en Bogotá, hice mi carrera Universitaria en Barranquilla y ahora de nuevo estoy en Bogotá trabajando en un proyecto fantástico. Es muy interesante cómo podemos llegar a aprender de nuestra cultura, la verdad me siento como un extranjero en Bogotá; tengo hasta un mapa de la ciudad para no perderme, he conocido gente y lugares maravillosos; es asombroso que después de 24 años de vivir en Colombia comencé a conocer e indagar muchas variables de nuestra cultura que antes yo daba por sobreentendidas, todo gracias al trabajo con los demás extranjeros que se interesan por conocer elementos nuestros y obviamente al acompañarlos y “guiarlos” termino conociendo cosas asombrosas.
Carlo Borelly Arciniegas
Local Manager Cundinamarca